La terapia oscilatoria y la estimulación física se han recomendado para ayudar a los lactantes prematuros a respirar con regularidad y algunas se han diseñado para imitar los movimientos in utero. La pausa en la respiración (apnea) es frecuente en los lactantes muy prematuros, pero puede dar lugar a una falta de oxígeno en la sangre, por lo que el lactante necesita reanimación y ventilación asistida. Las pausas en la respiración también podrían afectar al desarrollo del cerebro y el buen funcionamiento de otros órganos. La estimulación física se reconoce como una forma de estimular a los lactantes prematuros que luego empiezan a respirar por sí mismos. En tres estudios controlados se utilizaron diferentes movimientos de balanceo suaves (camas de agua de oscilación irregular, camas de oscilación regular o un estímulo de pulsación vertical) para reducir la incidencia de la apnea en un total de 49 lactantes. Sin embargo, no hubo una reducción clínicamente útil de los períodos de apnea, aunque sólo se estudió un pequeño número de lactantes. Un estudio informó de que las pausas respiratorias más cortas se habían reducido, pero no se consideró clínicamente importante. No se informaron efectos perjudiciales a los lactantes prematuros con estas intervenciones.
No hay evidencia suficiente para recomendar la estimulación quinestésica como tratamiento para la apnea del prematuro clínicamente significativa. En revisiones previas se ha indicado que la estimulación quinestésica no es eficaz para prevenir la apnea del prematuro (Henderson-Smart 2005) ni es tan eficaz como la teofilina para tratar la apnea del prematuro clínicamente significativa (Osborn 2005).
La apnea recurrente es una afección frecuente en los lactantes prematuros, particularmente en aquellos con muy poca edad gestacional. Estos episodios de pérdida de la respiración efectiva pueden provocar hipoxemia y bradicardia, que pueden ser lo suficientemente graves para requerir reanimación, que incluye el uso de ventilación a presión positiva u otros tratamientos. A menudo la estimulación física se utiliza para reiniciar la respiración y es posible que la estimulación cinética repetida se utilice para tratar a los lactantes con apnea y evitar sus consecuencias.
Determinar el efecto de la estimulación cinética en la apnea y la bradicardia, el uso de la ventilación mecánica o la presión positiva continua de las vías respiratorias, así como la discapacidad del neurodesarrollo en los lactantes prematuros con apnea.
Se utilizó la estrategia de búsqueda estándar del Grupo Cochrane de Neonatología (Cochrane Neonatal Review Group). En octubre de 2009 se realizó una búsqueda actualizada en MEDLINE y PREMEDLINE, EMBASE, CINAHL y CENTRAL (The Cochrane Library).
Todos los ensayos que utilizaron una asignación aleatoria o cuasialeatoria de los pacientes y que compararon la estimulación quinestésica con placebo o ningún tratamiento en lactantes prematuros con apnea del prematuro.
Se utilizaron los métodos estándar de la Colaboración Cochrane y su Grupo de Revisión de Neonatología. Debido a que los tres ensayos incluidos fueron ensayos cruzados, los datos se extrajeron de todos los períodos de exposición y se combinaron cuando fue apropiado.
Se identificaron tres estudios cruzados(Korner 1978; Tuck 1982; Jirapaet 1993) que compararon una forma de estimulación cinética con control para el tratamiento de la apnea del prematuro. Ningún estudio reportó una reducción clínicamente importante (> 50%) en la apnea. Al utilizar un umbral más bajo (> 25%), Korner 1978 informó de que hubo menos apnea y bradicardia en los lactantes mientras estaban en una cama de agua oscilante. Tuck 1982 demostró una reducción en la frecuencia de las apneas (> 12 segundos) asociadas con la bradicardia (< 100 lpm), las apneas asociadas con la hipoxia (TcP02 < 50 mmHg), y las apneas que requieren estimulación en los lactantes en una cama oscilatoria. No se dispuso de datos de pacientes individuales del autor para determinar si había una reducción importante de la apnea clínica. No fue posible extraer resultados del estudio que utilizó un "estímulo pulsátil vertical" Jirapaet 1993 que fuera consistente con la definición de apnea clínicamente importante. Jirapaet 1993 informó de que ningún lactante requirió reanimación o ventilación. No se informaron eventos adversos como muerte, hemorragia intraventricular ni discapacidad del neurodesarrollo.
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